viernes, 25 de julio de 2008

"Somos el primer país que juzga a sus soldados victoriosos"

Simplemente me resulta inconcebible que todavía haya gente que reivindique la represión.

Les doy vía libre a ambos. Incluso al abuelo, si quiere desarrollar su teoría de los dos demonios...

jueves, 17 de julio de 2008

Cuestión de ética

Porque no depende de si uno es o no corrupto, si ha aceptado o no una coima. El límite, está mucho antes, como yo lo veo.
Si yo tengo mi trabajo diario en una repartición o empresa, y luego utilizo esa ventaja natural para que me contraten en un laburo particular, ¿es o no ético? Pues bien, yo "siempre" interpreté que no.
Pero la inmensa mayoría de mis compañeros opina de manera contraria.
Pues bien, ocurre que un jefe debió aplicar una sanción, y no pudo hacerlo porque también representaba al posible sancionado. Se disculpó, se excusó. ¿Es suficiente? O debería renunciar a uno de los dos trabajos... y en qué momento?...
Yo lo llamo estar de los dos lados del mostrador.
Con esta cuestión del "campo" opino igual. ¿Alguien se ocupó de verificar los bienes que posee cada uno de los senadores antes de la votación? ¿Qué garantía de objetividad existe en cada voto?
Hay un dicho popular (eso creo) que dice que no se puede ser juez y parte.
Cuando yo estaba sin trabajo, miraba impotente cómo los planos los dibujaban los empleados municipales y no todo el resto de gente que buscaba ingresos haciendo dibujos solamente. En fin... cuando estaba del otro lado, no lo veía conflictivo. Yo ganaba mi dinero trabajando "y sin cagar a nadie".
Buen momento para revisar las propias acciones. Como digo al principio, no es necesario llegar a aceptar o rechazar una coima. El límite está mucho más acá.

martes, 8 de julio de 2008

Hubiese dado mi columna vertebral

Más de dos meses después de aquel gran error, F me volvió a saludar...
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...y con solo sentir su perfume casi me caigo de espaldas.
.
Me han estremecido un montón de mujeres
Mujeres de fuego, mujeres de nieve

miércoles, 2 de julio de 2008

Pequeños momentos de felicidad

Masticar con ganas el pochoclo cuando la sala del cine está en completo silencio.
Los primeros rayos de sol de la mañana, cuando hace mucho frío.
Pisar hojas secas caminando por la vereda en otoño.
Cuando se escucha nuestro nombre para entregarnos la certificación de nuestro objetivo cumplido.
Encontrar plata en un bolsillo.

Cuando un hijo respira y llora por primera vez.
Ese glorioso instante en el que la pelota toca la red, y el bosque entero se viene abajo.

El primer contacto con las sábanas, cuando uno está realmente agotado.
Apagar el despertador y seguir durmiendo.

El último día del ciclo lectivo.